El equipo visitante se encuentra actualmente en la 4ª posición, con 24 puntos conquistados, después de 7 victorias, 3 empates y 4 derrotas. En el penúltimo partido, ganó fuera frente al Atalanta por (1‑2). En el último partido, perdió en casa frente al Inter por (0‑3). Este es un equipo que, curiosamente, ha sido más fuerte fuera de casa que en casa, ya que en los últimos 30 partidos registra 8 victorias, 4 empates y 3 derrotas como visitante; contra 7 victorias, 3 empates y 5 derrotas en su estadio. En el campeonato, el Nápoles conquistó 17 puntos en 21 posibles, después de 5 victorias y 2 empates en los últimos 7 partidos que disputó como visitante.
En esta competición ganó sus últimos 4 partidos como visitante y no perdió ninguno de los últimos 7 que disputó como visitante. La solidez defensiva no ha sido su punto fuerte, ya que sufrió goles en 7 de los últimos 10 partidos, pero su ataque ha marcado con regularidad, ya que marcó goles en 7 de los últimos 10 partidos para esta competición. En 14 partidos disputados en esta competición, sólo consiguió la remontada una vez en los 7 partidos en los que sufrió el primer gol.
El Napoli llega a este partido desmotivado, tras una derrota en casa, por 0-3, ante el Inter. El equipo visitante suele actuar en un 4-3-3, privilegiando un estilo de juego más rápido, siendo los tres jugadores más adelantados Matteo Politano, Victor Osimhen y Khvicha Kvaratskhelia. El responsable por definir y liderar los ataques de su equipo es el camerunés Frank Anguissa, un jugador con una capacidad envidiable para ver el juego. El técnico Walter Mazzarri no deberá poder contar con Alessandro Zanoli, Mário Rui y Mathías Olivera, ya que en esta fase se están recuperando de lesiones.