El equipo visitante llega a esta fase de la Liga Europa (Play‑offs) después de una victoria en casa por (3‑1), al final de la prórroga, y una derrota fuera por (1‑0) frente al Celje. Este es un equipo más fuerte cuando juega en casa, ya que en los últimos 30 partidos registra 5 victorias, 3 empates y 7 derrotas como visitante; contra 7 victorias, 5 empates y 3 derrotas en su estadio. En los últimos 10 partidos fuera de casa para todas las competiciones, el Shamrock ganó 2, empató 2 y perdió 6. El equipo permitió goles al rival en 8 de los últimos 10 partidos, por lo que hay procesos defensivos que deben mejorar. En sus partidos como visitante hay una tendencia para haber pocos goles, ya que 9 de sus últimos 22 partidos terminaron con Menos de 1,5 goles y 14 en 22 terminaron con Menos de 2,5 goles. En 15 partidos, nunca consiguió remontar el marcador en los 6 partidos en los que sufrió el primer gol.
El Shamrock llega a este partido motivado, después de una victoria en casa, por 2-1, frente al Celje, por la Liga Europa: Dylan Watts y Neil Farrugia, en la primera mitad, marcaron los goles de la victoria. El club visitante suele utilizar un sistema táctico 5-3-2, privilegiando un bloque más bajo y contraataques rápidos. En esta formación, el jugador responsable por definir y conducir de la mejor manera los ataques ofensivos de su equipo es el irlandés Gary O'Neill. En la primera línea deberían jugar Aaron Greene y Darragh Nugent, que combinan el despeje con la finalización. El entrenador Stephen Bradley no deberá poder contar con Rory Gaffney y Aaron McEneff, ya que en este momento se están recuperando de sus lesiones.