El equipo visitante llega a esta fase de la Copa del Rey (Cuartos de final) después de una victoria fuera por (1‑3) frente al Getafe. Este es un equipo que curiosamente presenta resultados más positivos fuera de casa que en casa, ya que en los últimos 30 partidos registra 5 victorias, 3 empates y 7 derrotas como visitante, con un total de 21 goles marcados y 21 sufridos. En casa, obtuvo 2 victorias, 6 empates y 7 derrotas, con un total de 20 goles marcados y 25 sufridos. El equipo llega a este partido después de una derrota en la visita al Girona por (5‑1). En los últimos 4 partidos fuera de casa en la Copa del Rey, el Sevilla ganó 4.
Para esta competición, registra una secuencia de 4 victorias en los últimos juegos. Su ataque ha marcado con regularidad, ya que marcó al menos un gol en cada uno de los últimos 4 partidos para esta competición. En 15 partidos, nunca consiguió remontar el marcador en los 8 partidos en los que sufrió el primer gol.
El equipo sevillano llega a este partido tras una derrota por 5-1 en el viaje a Girona, en un partido que cuenta para La Liga: el único gol del partido lo marcó Isaac Romero. Cabe señalar que los visitantes eliminaron al Getafe en la última fase de la Copa del Rey. El club visitante suele actuar en un sistema táctico 5-3-2, privilegiando un estilo de juego más rápido. En este dibujo, los dos hombres responsables de causar pánico en la defensa contraria son Lucas Ocampos e Isaac Romero. El cerebro del equipo es el centrocampista Joan Jordán, jugador responsable por definir y liderar los ataques de su equipo. Quedan fuera de este partido Nemanja Gudelj, Dodi Lukébakio y Kike Salas, lesionados, así como Youssef En-Nesyri, éste en la Copa Africana de Naciones.