El equipo visitante disputa su primer partido en esta edición de la Copa do Brasil con la intención de conseguir un resultado positivo como visitante. Este es un equipo que curiosamente presenta resultados más positivos fuera de casa que en casa, ya que en los últimos 30 partidos registra 9 victorias, 2 empates y 4 derrotas como visitante, con un total de 20 goles marcados y 14 sufridos. En casa, obtuvo 6 victorias, 7 empates y 2 derrotas, con un total de 23 goles marcados y 10 sufridos. El equipo llega a este partido después de una victoria fuera con el Avaí por (0‑1). En los últimos 10 partidos disputados como visitante para todas las competiciones, el Brusque ganó 6, empató 2 y perdió 2. La solidez defensiva no ha sido su punto fuerte, ya que sufrió goles en 7 de los últimos 10 partidos. En sus partidos fuera de casa hay una tendencia para haber pocos goles, ya que 10 de sus últimos 24 partidos terminaron con Menos de 1,5 goles y 16 en 24 terminaron con Menos de 2,5 goles. En 10 partidos, sólo consiguió remontar el marcador una vez en los 5 partidos en los que sufrió el primer gol. En los últimos 6 partidos fuera de casa para todas las competiciones hay 1 periodo en destaque: marcó 3 de sus 7 goles entre los minutos (76'‑90').
Brusque llega a la competición en forma consistente, como lo demuestran sus recientes victorias, incluida una importante victoria fuera de casa contra Avai (0-1) y una victoria contra Criciuma (1-2). El empate ante Hercilio Luz (1-1) y la derrota ante el Inter de Lages (0-1) revelan algunas vulnerabilidades, pero, en general, Brusque demostró capacidad para encontrar el camino hacia el gol en los momentos cruciales. Esta tendencia de resultados sugiere que Brusque es capaz de adaptarse y competir bajo presión, características valiosas para partidos eliminatorios.