El equipo visitante llega a esta fase de la Taça de Portugal (Cuartos de final) después de una victoria en casa por (3‑1) frente al Amarante. Éste es un equipo afectado por el factor casa, más fuerte cuando juega con el apoyo de su afición, ya que en los últimos 30 partidos registra 3 victorias y 12 derrotas como visitante, con un total de 13 goles marcados y 28 sufridos. En casa, obtuvo 8 victorias, 5 empates y 2 derrotas, con un total de 29 goles marcados y 16 sufridos. El equipo llega a este partido después de una derrota fuera con el Benfica por (3‑0). En los últimos 10 partidos como visitante el Gil Vicente ganó 3 y perdió 7. La solidez defensiva no ha sido su punto fuerte, ya que sufrió goles en 7 de los últimos 10 partidos, pero su ataque ha marcado con regularidad, ya que marcó goles. en 7 de los últimos 10 partidos. En sus partidos como visitante hay una tendencia para haber pocos goles, ya que 9 de los últimos 21 que disputó terminaron con Menos de 1,5 goles. En 15 partidos, sólo consiguió remontar el marcador dos veces en los 7 partidos en los que sufrió el primer gol.
El equipo de Gil Vicente llega a este partido tras una derrota por 3-0 en la visita al Benfica, en un partido que cuenta para el campeonato portugués. En la ronda anterior de la Copa de Portugal, los gilistas vencieron al Amarante por 3-1. El equipo dirigido por Vítor Campelos suele actuar en un sistema táctico 4-3-3, privilegiando un estilo de juego más rápido. En este dibujo, los tres responsables de causar pánico en la defensa contraria son Murilo de Souza, Maxime Dominguez y Félix Correia. El cerebro del equipo es el centrocampista Kanya Fujimoto, el jugador responsable por definir y liderar los ataques de su equipo. Quedan fuera de este partido Thomás Luciano, Depú y Kiko Pereira, todos con problemas físicos.