Después de 5 victorias, 9 empates y 11 derrotas, el equipo de la casa está en la 13.ª posición, con 24 puntos conquistados. En el último partido, perdió fuera frente al Torino por (2‑0), después de que en el partido anterior perdió fuera, en un partido contra el Bolonia, por (4‑0). Este es un equipo afectado por el factor casa, más fuerte cuando juega en casa, ya que en los últimos 30 partidos registra 2 victorias, 5 empates y 8 derrotas como visitante, con 13 goles marcados y 22 sufridos, contra 7 victorias, 4 empates y 4 derrotas en casa, con 22 goles marcados y 21 sufridos. Para el campeonato, el Lecce conquistó 13 puntos en 30 posibles, después de 3 victorias, 4 empates y 3 derrotas en los últimos 10 partidos que disputó en su estadio. El equipo no ha sido muy fuerte defensivamente, ya que siempre sufrió goles en los últimos 10 partidos que disputó en esta competición. En 25 partidos en esta competición, sufrió el primer gol 15 veces y sólo consiguió la remontada una vez. Hay 1 periodo en destaque en los últimos 12 partidos en casa para esta competición: marcó 8 de sus 15 goles entre los minutos (76'‑90').
El Lecce llega a este partido desmotivado, tras una derrota por 2-0 en la visita al Torino, sumando así la segunda derrota consecutiva en esta Serie A. El equipo de la casa suele actuar en un tradicional 4-3-3, privilegiando un estilo de juego más rápido, progresando en el suelo, principalmente a través de los pasillos laterales. En esta formación, los tres responsables de causar pánico en el área rival son Rémi Oudin, Pontus Almqvist y Roberto Piccoli. Una de las mayores debilidades del equipo local son las faltas cometidas en zonas de peligro. Quedan fuera de este partido Marin Pongracic y Patrick Dorgu, sancionados, así como Lameck Banda, Federico Brancolini, Jeppe Corfitzen y Kastriot Dermaku, estos con problemas físicos.