El equipo de la casa debuta en esta edición de la Copa Libertadores de América con la intención de conquistar un resultado positivo, aprovechando el factor casa. Este es un equipo que, curiosamente, ha sido más fuerte fuera de casa que en casa, ya que en los últimos 30 partidos registra 9 victorias, 3 empates y 3 derrotas como visitante; contra 7 victorias, 4 empates y 4 derrotas en su estadio. El equipo llega a su último partido, para la Primera División, empatando con el River Plate en casa por (1‑1). En los últimos 10 partidos en casa el Liverpool registra 3 victorias, 3 empates y 4 derrotas. El equipo ha permitido goles a su rival en 9 de los últimos 10 partidos, por lo que su defensa necesita mejorar, pero su ataque ha marcado con gran regularidad, ya que siempre marcó al menos un gol en los últimos 10 partidos. Hay una tendencia para haber goles en sus partidos en casa, ya que 23 de los últimos 27 partidos que disputó terminaron con Más de 1,5 goles. En 15 partidos, sufrió el primer gol 5 veces y sólo consiguió darle la vuelta al marcador una vez.
El Liverpool M. afronta una fase de resultados dispares, con empates consecutivos ante River Plate y Boston River, ambos por (1×1), y derrotas ante Danubio y Maldonado por (1×2). Estos resultados revelan cierta inconsistencia, pero también una capacidad para competir en igualdad de condiciones contra oponentes fuertes. La selección uruguaya llega a la Copa Libertadores buscando revertir esta tendencia y utilizar el torneo como plataforma para solidificar su juego colectivo y buscar el éxito en la competición continental. El equipo aspira a hacer una buena campaña en la fase de grupos y empezar con una victoria es el mejor escenario para el Liverpool.