El equipo visitante debuta en esta edición de la Copa de Brasil con la intención de conseguir un resultado positivo y sorprender a los locales. Este es un equipo que mantiene su rendimiento cuando juega fuera de casa, ya que en los últimos 30 partidos registra 4 victorias, 4 empates y 7 derrotas como visitante; contra 6 victorias, 5 empates y 4 derrotas en su estadio. El equipo llega a este partido después de una victoria fuera del Goiânia por (0‑1). En los últimos 10 partidos fuera de casa, el Aparecidense ganó 3, empató 3 y perdió 4. El equipo permitió goles al rival en 8 de los últimos 10 partidos, por lo que su defensa necesita mejorar, pero su ataque ha marcado con regularidad, como logró marcar goles en 8 de los últimos 10 partidos. En sus partidos como visitante hay una tendencia para haber pocos goles, ya que 8 de sus últimos 16 partidos terminaron con Menos de 1,5 goles y 10 en 16 terminaron con Menos de 2,5 goles. En 15 partidos, consiguió la remontada en 2 de los 6 partidos en los que sufrió el primer gol.
El Aparecidense ha presentado un rendimiento destacable en sus últimos partidos, destacando con importantes victorias que demuestran su competencia tanto ofensiva como defensiva. El equipo logró una victoria crucial fuera de casa, frente al Goiânia (0x1), demostrando su capacidad para garantizar resultados positivos incluso en condiciones adversas. Además, las convincentes victorias sobre el Goiatuba por (1‑1), que indican resiliencia, y una importante victoria sobre el Jataiense por (1‑4), reflejan el poder ofensivo del Aparecidense. A pesar de afrontar algunos empates y una dura derrota ante el Anápolis (4-0), el Aparecidense demostró que es un equipo capaz de ajustar su táctica y responder a las adversidades, característica importante para las competiciones eliminatorias.