El equipo visitante se encuentra actualmente en la 1ª posición, con 9 puntos conquistados, después de 3 victorias. En el penúltimo partido, ganó fuera frente al Palestina por (0‑1). En el último partido, ganó en casa frente al Líbano por (2‑0). Este es un equipo afectado por el factor casa, más fuerte cuando juega con el apoyo de su afición, ya que en los últimos 30 partidos registra 6 victorias, 3 empates y 6 derrotas como visitante, con un total de 16 goles marcados y 18 concedieron. En casa, obtuvo 10 victorias, 3 empates y 2 derrotas, con un total de 31 goles marcados y 8 sufridos. En los últimos 10 partidos fuera de casa en todas las competiciones, Australia ganó 5, empató 1 y perdió 4. La defensa ha estado en buena forma y sólo sufrió goles en 3 de los últimos 10 partidos, y su ataque ha marcado con regularidad, como ha logrado. para lograrlo en 9 de los últimos 10 partidos. En sus partidos como visitante hay una tendencia para haber pocos goles, ya que 5 de sus últimos 11 partidos terminaron con Menos de 1,5 goles y 7 en 11 terminaron con Menos de 2,5 goles. Este es un equipo que suele marcar primero: abrió el marcador en 12 de sus últimos 15 partidos, de esos 12 llegó al descanso en ventaja en 10 y logró mantener la ventaja hasta el final de los 90' en 8 Hay 1 periodo en destaque en los últimos 11 partidos disputados como visitante para todas las competiciones: sufrió 5 de sus 13 goles entre los minutos (61'‑75').
La selección australiana llega a este partido tras una victoria por 2-0 ante el Líbano: los goles del equipo fueron marcados por Keanu Baccus y Kye Rowles. El equipo australiano suele actuar en un 4-3-3, en el que los tres hombres responsables de causar el caos en el área rival suelen ser Mitchell Duke, Kusini Yengi y Riley McGree. Cuando invierte en el sector ofensivo, suele hacerlo por el pasillo derecho, aprovechando la velocidad que ofrece el lateral Kye Rowles. Todos los atletas están disponibles para este juego.