Después de 26 victorias, 16 empates y 2 derrotas, el equipo visitante se sitúa en la 2ª posición, con 94 puntos. En su último partido, ganó al Sheffield United en casa por (2-1), después de haber ganado previamente como visitante ante el Watford, por (1-2). Este es un equipo que muestra poca variación según el factor local, con resultados similares en casa y fuera.
Para esta competición, llevan 15 partidos sin perder como visitantes. En sus juegos de liga como visitantes, el resultado más frecuente al descanso ha sido el 0-0 (9 de 22 partidos). Su ataque ha anotado con regularidad, marcando en 9 de los últimos 10 encuentros de esta competición. En sus partidos como visitantes, hay una tendencia a los pocos goles, ya que 16 de sus últimos 22 juegos en la competición terminaron con menos de 2.5 goles. En 44 encuentros de esta competición, logró revertir el resultado en 4 de los 9 partidos donde recibió primero el gol. En los últimos 22 partidos fuera de casa en esta competición, hay un dato relevante: 3 de los 8 goles que sufrió se produjeron entre los minutos (0’-15’).
El equipo del Burnley llega a este enfrentamiento tras una victoria, por 2-1, ante el Sheffield United: ambos goles fueron anotados por Josh Brownhill. El equipo visitante suele jugar en un sistema 4-3-3, privilegiando transiciones rápidas, especialmente por los costados. En esta configuración, son Marcus Edwards, Jaidon Anthony y Zian Flemming los encargados de hacer temblar la defensa rival. Cuando atacan, su estilo se enfoca mucho en el corredor lateral izquierdo, aprovechando la profundidad brindada por Connor Roberts. Fuera de este juego se encuentran Enock Agyei, Jonjo Shelvey, Mike Trésor, Bashir Humphreys y Jordan Beyer, todos por problemas físicos.