El equipo visitante está actualmente en la 19.ª posición, con 18 puntos obtenidos, tras 4 victorias, 6 empates y 23 derrotas. En el penúltimo partido, empató a dos goles fuera contra el Brighton & Hove Albion. En su último partido, perdió en casa ante el Liverpool por (0‑1). Este equipo mantiene un rendimiento decente cuando juega fuera de casa, ya que en los últimos 30 partidos ha registrado 2 victorias, 2 empates y 11 derrotas como visitante, frente a 3 victorias, 1 empate y 11 derrotas en su estadio. En los últimos 10 partidos como visitante en la competición, el Leicester ha registrado 1 victoria, 1 empate y 8 derrotas, acumulando solo 4 puntos de 30 posibles. La defensa no ha estado sólida, ya que ha recibido goles en los últimos 10 partidos, mientras que el ataque necesita mejorar, ya que no ha conseguido marcar en 9 de los últimos 10 encuentros en esta competición. En sus partidos como visitante hay tendencia a que haya goles, ya que 12 de sus últimos 16 partidos en la competición han terminado con más de 2.5 goles. Este es un equipo que rompe el marcador con poca frecuencia, logrando abrir el marcador en solo 5 de sus últimos 33 partidos en la Premier League. De esos 5 partidos, llegó al intervalo en ventaja en 3 y ganó al final en 2. En 33 partidos en esta competición, solo ha logrado 2 remontadas en los 28 partidos en que recibió el primer gol.
El Leicester City llega a este encuentro tras una derrota por 0-1 en casa ante el Liverpool, marcando así su décimo partido consecutivo sin ganar en la Premier League. El equipo visitante tiende a utilizar un sistema táctico en 4-3-3, con Bobby De Cordova-Reid, Jamie Vardy y Stephy Mavididi liderando la ofensiva. Al atacar, el Leicester suele explorar el flanco derecho, beneficiándose de la profundidad proporcionada por el lateral Ricardo Pereira. Para este partido, el técnico Ruud van Nistelrooy no podrá contar con Issahaku Fatawu y Harry Souttar, ambos lesionados.