Esta es una plantilla que mantiene su rendimiento cuando juega fuera de su estadio, pues en los últimos 30 partidos registra 4 victorias, 6 empates y 5 derrotas como visitante; frente a 5 victorias, 4 empates y 6 derrotas en su estadio. El equipo llega a este encuentro después de una derrota fuera ante el Brentford por (4‑3). En los últimos 6 partidos disputados en casa en la Liga Europa, el Manchester United ha ganado 5 y ha empatado 1.
En esta competición, no pierde desde hace 13 partidos. La solidez defensiva no ha sido su punto fuerte, ya que ha recibido goles en 7 de los últimos 10 encuentros, pero su ataque ha marcado con regularidad, anotando al menos un gol en cada uno de los últimos 10 partidos en esta competición. En sus partidos en casa suele haber tendencia a los goles, ya que 27 de sus últimos 31 partidos han terminado con más de 1.5 goles. Este es un equipo que frecuentemente abre el marcador: lo hizo en 10 de sus últimos 13 partidos de la Liga Europa, de esos 10, llegó al descanso en ventaja en 4 y logró mantener la ventaja hasta el final en 5.
Manchester United entra en este partido tras una derrota por 4-3 en su visita al estadio del Brentford, en un encuentro correspondiente a la Premier League. A pesar de la derrota, los «Red Devils» partían con ventaja en esta semifinal de la Liga Europa, después de haber vencido al Athletic de Bilbao en la ida por 0-3. El equipo dirigido por Ruben Amorim habitualmente juega en un sistema 3-4-3, favoreciendo un fútbol ofensivo y dinámico, con fuerte utilización de las bandas. En el ataque, el trío compuesto por Alejandro Garnacho, Bruno Fernandes y Rasmus Højlund suele ser el más recurrido, ofreciendo creatividad, velocidad y poder de finalización. Ofensivamente, el Manchester United apuesta a menudo en el flanco izquierdo, aprovechando la profundidad y capacidad de desequilibrio de Patrick Dorgu, una pieza clave en el momento de transición ofensiva. Están fuera de este juego Joshua Zirkzee y Lisandro Martínez, ambos por problemas físicos.